A la justa medida de mi silueta.
Los sentí galopar seguros y exactos
Por mi sudor y mi fiebre.
Palpé unas manos lacerantes
Capaces de alimentar con su tacto
Mis desenfrenos.
Mi cuerpo se embriagó
Con una respiración abrasadora
Que penetró por mis poros
Para hacerme olvidar lo inolvidable,
Para cambiar destinos o conquistas.
Rocé por descuido
Una piel provocadora de desvelos,
Aromática a deseo
Y a
sábanas hirsutas de placeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.