Abro fuertemente los
ojos,
Sin vislumbrar nada,
Pero respiro la suave humedad de tus caricias
Y el tibio roce de mis pies en el cieno de tu cuerpo.
Una brisa adornada de azucenas
Me recuerda tus besos,
Y el toque mágico de nuestros labios.
Camino a oscuras palpando otro cuerpo desnudo
Que simula ser el tuyo,
No necesito abrir los ojos,
El tuyo irradia su propia fragancia.
Abro y cierro puertas que no conducen a ningún sitio,
Unas manos inanimadas
Abrazan mi vientre
O estremecen mis senos,
Pero busco las tuyas incesantemente
Y siento tu risa detrás de las puertas.
Escucho el eco de tus pisadas
En lugares ya transitados.
Intento adivinar un camino
Que me lleve a tus manos
Para salir de este laberinto
De reliquias, de escombros y de ecos.
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